Los dos embalses de Leurtza se construyeron a comienzos del siglo XX, y su explotación se destina a la producción eléctrica a través de la tubería de presión que, tras salvar en una corta distancia un desnivel superior a 250 metros, alimenta la central situada río abajo. Para realizar esta obra se construyó una pista de acceso desde Urrotz, hoy camino rural asfaltado desde la década de los 80, y se habilitó una cantera de extracción de piedra cuyos restos se observan en la orilla derecha del embalse inferior. Al parecer, también existió un proyecto, no llevado a cabo, de canalizar las aguas de la vecina regata de Anizpe hasta Leurtza.
Hoy Leurtza es un lugar donde los valores medioambientales y naturales están protegidos, en convivencia con usos humanos tan diversos como la explotación hidroeléctrica, la actividad ganadera, el uso forestal, la caza y actividades de ocio como el senderismo, el montañismo o la plácida observación y disfrute de la naturaleza.